Para Antonio Miguel Carmona, la singularidad tecnológica implica la generalización expresa de la inteligencia artificial. La explosión tecnológica lleva a una evolución superior que hace que la tecnología se retroalimente a sí misma.
El término, acuñado por primera vez por el físico húngaro, John von Neumann, explica que los cambios tecnológicos se producen cada vez con mayor cadencia e intensidad.
En ese sentido, tal como reflejó el primer artículo de Carmona en 1984 sobre robótica industrial -o su libro Economía e innovación (1992)-, los nuevos paradigmas tecnológicos y sus respectivas trayectorias cambiarán nuestras vidas más temprano que tarde.
De este modo la singularidad muestra una explosión tecnológica en la que descifraremos en poco tiempo nuestro genoma y evitaremos enfermedades, clonaremos elementos, reproduciremos órganos con precisión, aumentaremos también de forma explosiva nuestra esperanza de vida.
En ese sentido varias compañías y el Gobierno de Estados Unidos crearon un centro en Silicon Valley, la Universidad de la Singularidad, patrocinada por Google, Cisco o la mismísima Nasa.
Almacenaremos memoria en un exocortex (nube) desde donde obtendremos toda la información necesaria, la vida automatizada nos hará reducir numerosas penurias, alcanzaremos un desarrollo sostenible compatible con el medio ambiente, y un largo etcétera de avances a corto plazo.
Avances que ayudarán a abolir la pobreza en un mundo de abundancia (suficiencia), protegiendo nuestro entorno (sostenibilidad) y que deben ser controlados democráticamente por los trabajadores (nueva socialdemocracia).
La posesión de la singularidad por la democracia en red, distribuirá la abundancia, abolirá la pobreza y preservará el planeta.
Extracto de la obra Antonio Miguel Carmona, todo por Madrid, de Nico Ferrando, Madrid, 2017, disponible en la Casa del Libro y en otras librerías.
https://www.casadellibro.com/libro-biografia-autorizada-antonio-miguel-carmona-todo-por-madrid/9788469769515/6048538